La Estructura Multidimensional del Niño.
El Autoconcepto y la Autoestima.
En el Fútbol Base el entrenador debe conocer como en cada etapa el jugador se desarrolla y siente sus progresos o fracasos. Saber como tratar y motivar al niño harán que disfrute más del deporte, y ayudarle a analizar los resultados negativos en la competición para que las conclusiones sean un elemento positivo en el crecimiento de su persona, le ayudaran en el desarrollo del concepto de su propio “yo” de forma más positiva.
La multidimensionalidad del jugador
La etapa de iniciación del niño en la práctica deportiva en el fútbol o en cualquier otro deporte, ha de entenderse como una herramienta mediante la cual el este empieza a conocerse mejor y a construir un auto concepto de sí mismo, una herramienta que evidenciará sus distintas capacidades físicas, cognitivas, coordinativas, sociales etc, y que tendrán efecto en su crecimiento y desarrollo personal.
El joven futbolista no se reduce solamente a un individuo que practica un deporte, es también un niño, y limitarnos a ver solo al deportista nos limita y nos separa de la visión pedagógica que el entrenador o el monitor debería tener en las primera en las que el niño se está desarrollando y madurando su propio yo.
Cada niño es individuo único e irrepetible en cada una de sus dimensiones biológicas, motrices, cognitivas, afectivas, etc. Su genética, sus características físicas y las del entorno social y cultural donde vive y se desarrolla así como las experiencias vividas, su propio ritmo de aprendizaje, maduración y desarrollo lo hacen diferente del resto de sujetos.
En las etapas más tempranas el niño inicia la elaboración de la imagen de su propio “yo”, construyendo su propio auto concepto y desarrollando su autoestima en un proceso que constantemente influirá en la formación de su personalidad. El contexto y las condiciones culturales y sociales en el que se desarrolla este proceso se relacionan favoreciendo o condicionando el desarrollo del niño.
A través del deporte, el niño desarrolla sus habilidades físicas, de relaciones sociales y psicológicas e incrementa su sentido de competencia. El deporte le ayuda a llevar estilo de vida activo que benefician su bienestar tanto físico como psicológico. En ese espacio debe aprender respetar unas normas, a enfrentarse a sus frustraciones, a afrontar las adversidades y a reconocer y superar sus propias limitaciones, asumir responsabilidades con el equipo, establecer relaciones sociales, tomar decisiones, tomar decisiones y otras muchas cuestiones.
La influencia del entorno en el desarrollo de la autoestima y del auto concepto.
Entorno a los 7 años en la etapa de iniciación los niños y niñas desarrollan sentimientos de auto valía y de autoestima y para ello buscan en su entorno información sobre sus propias competencias a través de las distintas relaciones sociales que mantiene. En este proceso el niño va construyendo el concepto de sí mismo. Esta etapa es especialmente importante para el niño con respecto a su desarrollo psicomotriz y la participación en competiciones conlleva que sus competencias se evalúen continuamente e intensamente y de se evalúe si tiene la habilidad suficiente o si lo hace bien o mal.
En esta etapa los niños y niñas no son muy conscientes de cómo valorar sus capacidades de competir y por ello buscan la información que adultos (padres y entrenadores) y compañeros les proporcionan directa o indirectamente.
Como obtiene el niño esta información:
- Los comentarios que las personas significativas para el niño le trasmiten directamente en relación a su actuación.
Cuando el niño compite, contra mayor sea su sentimiento de evaluación social más amenazada estará su autoestima mayor será el estrés psicológico y un exceso de este puede derivar en ansiedad. Ante estas circunstancias el niño se protege mediante comportamientos tales como la comparación con compañeros con menores habilidades o menos competentes que él, para de este modo lograr una evaluación favorable y proteger a la vez su propia autoestima.
Las derrotas o las vivencias de fracaso no tienen que afectar al niño si estas se dan de forma aislada, pero una continua vivencia de experiencias emocionalmente negativas, como son las críticas excesivas y continuas sobre su actuación, sí que supondrán un lastre para el desarrollo de su autoestima.
Es por eso que en está en esta etapa tienen una gran importancia que el entrenador ayude y enseñe al niño qué entiende por éxito y fracaso, acentuando y dándole mayor importancia a los valores de la amistad, el trabajo en equipo, la relación con sus compañeros, saber ganar y saber perder, la cultura del esfuerzo y del sacrificio, respetar las reglas de juego al árbitro y al rival, el Fair Play y todos aquellos aspectos que influyan de forma positiva en su crecimiento como persona.
- Comparando sus habilidades con las de sus compañeros.
A partir de los 4-5 años esta comparación empieza a ser importante y se potencia entre los 6 y los 9 años, principalmente el niño se fija en las habilidades motrices. Si el niño percibe que es físicamente competente esto tendrá una repercusión positiva en su autoestima y ello hará que su interés hacia el fútbol crezca, que se divierta más y que se relacione mejor con sus compañeros.
- El trato y comportamiento de padres y entrenadores hacia él.
Los comportamientos y acciones que realicen las personas importantes del entorno más cercano del niño, así como sus comentarios o reacciones como de satisfacción, alegría, vergüenza, desaprobación, etc., influyen en que el niño se evalúe positiva o negativamente influyendo en la valoración de su auto concepto y su autoestima. Estas personas importantes para el niño tienden a generarse unas expectativas y evalúan los resultados según su propio entendimiento del éxito o fracaso y es en base a esta valoración que le transmiten al niño a través de comentarios, comportamientos si el resultado obtenido ha sido el esperado, de ese modo el niño interioriza y entiende lo que es un resultado bueno o malo en función de las valoraciones o expectativas de estas personas importantes de su entorno. El niño también percibe otras cuestiones indirectas con las que puede interpretar su valía, tales como la de participación en un partido o una competición, la titularidad o suplencia, etc.
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